La menstruación es un tema tabú para la sociedad.
Algo que sucede todos los meses pero sin embargo le restamos importancia.
Como bien menciona El País ( 2021) “ Los profesores solicitan productos de higiene femenina en los colegios para combatir la pobreza menstrual”, tener que decidir entre comprar un tapón/ compresa o comida es algo que muchas familias tiene que hacer frente. Los docentes se han dado cuenta de ello ya que cada mes las alumnas no asisten a clases ya que al no tener de recursos de higiene personal, pueden mancharse de sangrado lo que puede dar lugar a situaciones vergonzosas para esta. Por ello, antes de que eso ocurra la familia decide que es mejor que se quede en casa. Al igual que también se han dado cuenta de la desinformación que muestra el alumnado con respeto a la educación menstrual.
Claramente existen desigualdades económicas en las que muchas familias no tienen dinero apenas para comer, con lo cual tampoco contarán con dinero para comprar compresas. Para frenar lo sucedido, los docentes solicitan que los centros cuenten con recursos higiénicos personales ( compresas y tampones) de los que puedan hacer uso aquellos menores con necesidades económicas.
En mi aula la mensuración o “la regla” era tratada de forma tabú. Cuando necesitábamos ir al aseo a cambiarnos la compresa la escondíamos, le pedíamos a la profesora ir al servicio ya que “ era urgente” pero no le decíamos “estoy con la menstruación, ¿ puedo ir al aseo?”. En clase apenas lo hemos tratado solo cuando dábamos el ciclo menstrual en biología.
En mi universidad en la que actualmente estudio no contamos en los aseos con productos de higiene femenina. Esto quiere decir que no solo existe estos problemas en centros de primaria sino que en resto de centros educativos de niveles superiores también sucede.
Hace cinco años sufrimos una panadería de la que tuvimos que hacer uso de una mascarilla ( a un precio que se elevó debido a la alta demanda) la mayor parte del tiempo. En la actualidad esos precios han bajado ya que solo se hace uso de ella en momentos puntuales. Las mascarillas se consideran productos de primera necesidad ( higiene) al igual que las compresas/ tampones ¿porque no bajar también sus precios? Sucede lo mismo: alta demanda por parte de mujeres.